Nos ha acompañado durante once años y nos regaló once meses más. Los animales son increíbles, nuestro pequeñajo era increíble, ha sido un campeón hasta el final.
LLegó a nosotros con solo un añito. Tan chiquitín y ya había pasado por dos familias antes. La primera familia solo le pudo tener hasta los seis meses, la segunda familia solo quiso tenerle otros seis, si nadie le adoptaba tenían claro que le sacrificarían (más tarde nos enteramos de que había sido maltratado en esta última casa). El día que fuimos a recogerle ya nos pareció bastante extraño que al subirle al coche el perro no miró ni una sola vez hacia atrás, no lloró, no hizo ninguna señal de querer volver con su antiguo dueño.
Cuando llegó a nuestra casa empezamos a notar que tenía un comportamiento extraño. Ladraba muchísimo a los demás perros, solo se comportaba bien con las personas pero no era nada cariñoso, pasaba de los niños, se escapaba si le quitábamos la correa, cada vez que veía un perro a lo lejos se ponía en pose de caza y salía corriendo a pelearse con él (por lo que hasta que no fue más mayor y conseguimos corregirlo no podíamos soltarle) y lo peor de todo,,,no podía quedarse solo, en cuanto nos marchábamos o se quedaba en una habitación con la puerta cerrada tiraba todo lo que estuviese a su alcance y lloraba para que le llevásemos donde estábamos.
El primer veterinario al que fuimos, después de intentar averiguar que le pasaba, nos dió una solución que nos dejó helados. Nos propuso operarle de las cuerdas vocales para evitar que ladrase tanto a los demás perros y que pudiese molestar a los vecinos cuando se quedaba solo. Evidentemente no volvimos por su consulta.
Buscamos otro profesional y así fue como llegamos al centro veterinario (donde tanto nos han ayudado a poder estar un tiempo extra con nuestro amigo tras diagnosticarle el cáncer hace ahora un año).
Después de comentarles que era un perro adoptado y los problemas que tenía nos comentaron que podía ser ansiedad por separación y más tarde, indagando un poco, descubrimos que en la familia anterior le habían tenido encerrado todo el tiempo en un garaje (además de dejar que se peleara con otro perro de la familia, de darle patadas y bastantes barbaridades más).
No ha sido el perro más cariñoso del mundo, no ha sido el más simpático con otros amigos peludos, pero después de mucho trabajo y paciencia aprendió a salir a la calle sin liarla, a quedarse solo, a comportarse bien, a obedecer e integrarse en la familia como uno más al que hemos intentado cuidar lo mejor posible durante casi 12 años.
Por si le sirve a alguien que pueda pasar por lo que nosotros pasamos con su enfermedad quiero contar aquí como fue este último año. Porque aunque sabíamos que una enfermedad así solo tenía un final no imaginábamos que durante ese proceso nuestro pequeñajo nos iba a regalar tanto. Yo no encontré casi nada de información sobre ese tipo de cáncer, no podía contar con el consejo ni la experiencia de alguien que había pasado ya lo mismo con su mascota así que espero que si alguien esta pasando por ello le pueda servir de ayuda para sobrellevarlo lo mejor que se pueda. Contamos eso sí, con todo el apoyo de sus veterinarios pero creo que nos hubiese ayudado mucho saber a que nos enfrentabamos desde la experiencia de alguien a quien le había ocurrido.
Aviso de antemano que las imágenes de la siguiente entrada no son muy agradables, y si alguien sensible esta leyendo esto es mejor que no vea las últimas fotos. Si las pongo es porque creo que muestran bastante bien la evolución de la enfermedad y el estado anímico de mi perro. (Es lo que tuvimos más presente en todo momento, que fuese feliz y no sufriese...en el momento que viesemos que no tenía calidad de vida sería la hora de despedirse).
No soy veterinaria y supongo que en muchas cosas me equivocaré al explicarlas y espero que si algún profesional lee este blog me disculpe los errores. Creo que cada perro (como cualquier otro ser vivo) es distinto y las enfermedades cursaran diferente en cada uno de ellos, por lo que en ningún caso quiero hacer ver que con un cáncer así un animal va a durar 11 meses más después de ser diagnóstico, eso es una suerte que nosotros tuvimos, un regalo que nuestro gatiperro (así me gustaba llamarle) nos hizo.
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